ACOMPAÑA:
Un vino tinto joven, fresco cabernet franc o mencia.
COLOR:
Amarillo claro.
AROMA:
Láctico fresco, con toques a hongo pero suave y persistente.
TEXTURA:
De pasta lisa, blanda, tierna y ligeramente adherente por su suavidad.
EN BOCA:
Cremoso, con notas a setas o verduras cocidas, que se adhieren al paladar e inundan de sabor las papilas gustativas
ACOMPAÑA:
Perfectamente a frutos secos y un vino cabernet sauvignon reservado, afrutado, intenso y equilibrado.
COLOR:
Amarillo claro.
AROMA:
Ligeramente afrutado, con notas amoniacales por su afinamiento.
TEXTURA:
De pasta lisa, flexible, puede presentar pequeños ojos propios de su elaboración artesanal.
EN BOCA:
Cremoso, ligeramente amargo, con notas a setas que se adhieren al paladar.
ACOMPAÑA:
Vinos tintos afrutados son ideales para este queso, principalmente el Gamay Beaujolais, pero va bien también con un Shiraz o Merlot.
COLOR:
Amarillo dorado a pardo.
AROMA:
Suave de aroma, entrega sensaciones a nuez, pero no tan pronunciadas como las del gruyere.
TEXTURA:
Es de pasta firme, pero suave, siendo la principal característica la presencian de grandes ojos perfectamente formados, lisos y brillantes, que dan la sensación de ser hechos con una precisión única.
EN BOCA:
Es un queso sutilmente dulce, que combinadas con la sal propia del producto, nos entregan un equilibrio perfecto de sabores lácticos suaves, perfumados y afrutados que explotan en el paladar, inundándolo de su especial sabor.
ACOMPAÑA:
Un vino tinto ligero es el compañero ideal de este producto, sin embargo un Jerez fino hará que su sabor se intensifique en el paladar.
COLOR:
Amarillo dorado a pardo.
AROMA:
Es intenso y pronunciado, como el de un millón de flores de la pradera atrapadas en la cremosidad de la leche.
TEXTURA:
Es de pasta densa, compacta, pero flexible que permite cortar con facilidad y disfrutar de su cuerpo ligeramente granuloso que lo hace inconfundible ante cualquier otro queso.
EN BOCA:
Al inicio con un sabor delicado, permite disfrutar de sus notas a frutos secos, sin embargo incrementa su intensidad en el tiempo logrando una combinación de terrosidad y ligero picante que culmina con un toque a nuez que lo hace único en su clase.
ACOMPAÑA:
Un vino tinto joven afrutado y estructurado tipo Lambrusco, Barolo o un Oporto.
COLOR:
Pardo intenso o amarillo paja.
AROMA:
Es fragante y delicado con notas butíricas características del queso.
TEXTURA:
Su corteza interior es cerrada, con presencia de granas largas, generadas en su proceso de maduración.
EN BOCA:
De sabor prolongado y duradero, es ligeramente cremoso, en los mejores quesos presenta sabores plenos muy definidos resaltando con notas afrutadas y bien sazonadas, que entregan un regusto que perdura.
ACOMPAÑA:
Vinos tintos jóvenes, que ayuden a neutralizar el picante del queso.
COLOR:
Amarillo suave, que le da un tinte natural.
AROMA:
Aromatizado con semillas de alcaravea (comino de prado) que por sus características deja ligerísimas notas de anís, donde sobresalen los aromas lácticos intensos.
TEXTURA:
Firme y consistente pero a la vez flexible, que permite cortarse con facilidad. Ocasionalmente puede presentar agujeros y pequeñas irregularidades propias de su fabricación artesanal.
EN BOCA:
Es un queso ligeramente picante y lleno de sabor, con notas de crema cocida, propias de los quesos añejos que se producen en el tiempo.
ACOMPAÑA:
Vinos tintos jóvenes, que ayuden a neutralizar el picante del queso.
COLOR:
Blanco crema, lleno de vetas azules-verdosas.
AROMA:
Nace a partir de la influencia del Penicillium roqueforti, que no se encuentra en otros quesos fermentados con acidificación bacteriana.
TEXTURA:
Suave y pastosa. Se puede desmembrar por la presencia de los hongos, que cubren su factura exterior e interior.
EN BOCA:
Es fuerte y aromático, que se intensifica al mezclar la masa láctea con los hongos, generando en el paladar una explosión de sabores a hierbas frescas.